Cuantas veces nos suceden cosas o simplemente pasan a nuestro alrededor y nos preguntamos acerca de estas. Tal vez nos encontremos frente a una interrogante sin respuesta, pues a nadie nunca le ha importado el saber el por qué del asunto.
En un dilema como ese me hallé mientras buscaba pistas sobre el paradero de la mandrola perdida. Hurgando en una bolsa llena de botones, me encontré un dado. Algo tan «insignificante» no era la primera vez que me pasaba, ya que con anterioridad me había sucedido lo mismo y una vez más revoloteaba en mi cabeza la misma pregunta:
¿Por qué en las bolsas de botones siempre hay un dado?
Acaso será este pequeño cubo geométrico el guardián de los orificios de los pequeños botones… mientras pensaba dejé a un lado una vez más la intrigante duda, pues recordé a «Chamaquili en La Habana» cuando a sus padres le dice:
– ¿Por que la llamas Libélula,
porqué se apellida Sánchez?
– ¡Mapá, tu preguntas cosas
que no le importan a nadie!
Importan a quien se hace la pregunta, ya es alguien. (en mi particular opinión)
Un saludo
Un saludo para ti también y gracias por comentar… y es cierto y tienes razón en esa parte, importa para quien hace la pregunta, pero quien te puede dar la respuesta como no le interesa pues simplemente queda sin responder… nada, cosas que suceden 🙂
I love the way you wrote this article. This is wonderful. I do hope you intend to write more of these types of articles. Thank you for this interesting content!